El riesgo de tomar suplementos de vitamina E sintética
El consumo de vitamina E sintética en determinadas dosis como complemento de la dieta puede resultar peligroso para la salud
Los complementos nutricionales son, para mucha gente, una manera cómoda de compensar las deficiencias de una buena alimentación, ya sea porque no cocinen cocinar o porque no les gustan ciertos alimentos. Pero el uso desmedido o sin asesoramiento puede tener contraindicaciones y efectos secundarios. Es el caso de la vitamina E sintética, que puede aumentar el riesgo de padecer cáncer de próstata, según el ensayo SELECT. Los resultados de la investigación muestran que tomar suplementos de vitamina E sintética aumenta de forma significativa el riesgo de cáncer de próstata entre varones sanos.En Estados Unidos, más del 50% de las personas mayores de 60 años toma suplementos que contienen vitamina E y, en muchos casos, dosis excesivas.
Dieta rica en vitamina E y selenio
Las ingestas dietéticas de referencia (IDR) de vitamina E para la población se sitúan, tanto para varones como para mujeres adultas, en 15 miligramos diarios (1 Unidad Internacional UI=0,67 miligramos de alfa-tocoferol). Para el selenio, las IDR se calculan en 55 microgramos en ambos sexos. Para cubrir estos requerimientos con alimentos naturales se puede optar por:
• Un puñado de pipas de girasol, avellanas, almendras o garbanzos tostados.
• Germen de trigo, se puede agregar a jugos, ensaladas, sopas.
• Aceite de girasol o de oliva virgen extra.
De todos los aceites, el de girasol y el de oliva extra virgen son los más ricos en vitamina E, de manera que una cuchara sopera de aceite de girasol cubre casi la totalidad de los requerimientos de este micronutriente.
Los productos fortificados con selenio, años atrás, atribuían a este elemento mineral la capacidad para proteger frente a la acción tóxica de los metales pesados, para mantener un buen estado de salud de la piel, el cabello y las uñas, así como efectos positivos en las articulaciones. Sin embargo, todas estas supuestas acciones no han sido científica y debidamente demostradas y, a día de hoy, son inaceptables. Sí se ha reconocido y admitido el papel del selenio en la protección frente al daño oxidativo y su participación en la función normal del sistema inmunológico.
Diana Papa Constantino
Bioquímica – Lic. en Nutrición
El consumo de vitamina E sintética en determinadas dosis como complemento de la dieta puede resultar peligroso para la salud
Los complementos nutricionales son, para mucha gente, una manera cómoda de compensar las deficiencias de una buena alimentación, ya sea porque no cocinen cocinar o porque no les gustan ciertos alimentos. Pero el uso desmedido o sin asesoramiento puede tener contraindicaciones y efectos secundarios. Es el caso de la vitamina E sintética, que puede aumentar el riesgo de padecer cáncer de próstata, según el ensayo SELECT. Los resultados de la investigación muestran que tomar suplementos de vitamina E sintética aumenta de forma significativa el riesgo de cáncer de próstata entre varones sanos.En Estados Unidos, más del 50% de las personas mayores de 60 años toma suplementos que contienen vitamina E y, en muchos casos, dosis excesivas.
Dieta rica en vitamina E y selenio
Las ingestas dietéticas de referencia (IDR) de vitamina E para la población se sitúan, tanto para varones como para mujeres adultas, en 15 miligramos diarios (1 Unidad Internacional UI=0,67 miligramos de alfa-tocoferol). Para el selenio, las IDR se calculan en 55 microgramos en ambos sexos. Para cubrir estos requerimientos con alimentos naturales se puede optar por:
• Un puñado de pipas de girasol, avellanas, almendras o garbanzos tostados.
• Germen de trigo, se puede agregar a jugos, ensaladas, sopas.
• Aceite de girasol o de oliva virgen extra.
De todos los aceites, el de girasol y el de oliva extra virgen son los más ricos en vitamina E, de manera que una cuchara sopera de aceite de girasol cubre casi la totalidad de los requerimientos de este micronutriente.
Los productos fortificados con selenio, años atrás, atribuían a este elemento mineral la capacidad para proteger frente a la acción tóxica de los metales pesados, para mantener un buen estado de salud de la piel, el cabello y las uñas, así como efectos positivos en las articulaciones. Sin embargo, todas estas supuestas acciones no han sido científica y debidamente demostradas y, a día de hoy, son inaceptables. Sí se ha reconocido y admitido el papel del selenio en la protección frente al daño oxidativo y su participación en la función normal del sistema inmunológico.
Diana Papa Constantino
Bioquímica – Lic. en Nutrición