Hay individuos "obesos" de peso normal
La calidad y la distribución del tejido graso determinan también el riesgo metabólico, no sólo la cantidad
Cuando hablamos de salud, no basta con llegar al "peso normal" que determina el Indice de Masa Corporal o Body Mass Index (peso dividido por el cuadrado de la altura). Hay personas pesadas y, sin embargo, con mejor salud metabólica (es decir, niveles adecuados de colesterol y triglicéridos en sangre, buena sensibilidad a la insulina, sin hipertensión ni intolerancia a la glucosa, y con menos riesgo de varias enfermedades) que individuos delgados, pero cuyo tejido graso es, desde el punto de vista cualitativo, cuantitativo y funcional, inadecuado.
Esto significa que para evaluar la salud de una persona no alcanza con pesarlo, se debe conocer también cómo es su alimentación y cuál es la proporción y distribución de músculo y tejido adiposo de su organismo.
A medida que la ciencia logra nuevos conocimientos sobre el caleidoscopio fisiológico del organismo humano, el panorama de la obesidad se va haciendo cada vez más complejo. En todas las categorías de peso, hay individuos metabólicamente sanos y otros que sufren problemas metabólicos.
La persona metabólicamente sana tiene poca grasa visceral, porque tiene buena cantidad de tejido celular subcutáneo. Tiene un alto índice de masa corporal, pero también alta sensibilidad a la insulina, y adipocitos en cantidad y calidad adecuadas que pueden albergar el exceso energético. Es un obeso que no tiene las complicaciones metabólicas de la obesidad, aunque pueda padecer las complicaciones mecánicas, como la apnea del sueño o los trastornos articulares. En la persona con problemas metabólicos, el tejido celular subcutáneo está desbordado y esto también puede ocurrir en personas con índice de masa corporal normal, y en las personas de mayor edad que sufren pérdida de masa muscular y disminución de la masa ósea, pero acumulación de grasa visceral. Tienen bajo peso, pero alta proporción de grasa dañina
Cuando se aumenta de peso, diversos factores determinan dónde almacenaremos los triglicéridos (la grasa producida a partir de los alimentos, si en el tejido adiposo subcutáneo (mas superficial) o en el tejido adiposo visceral (mas profundo)
La distribución del depósito depende de factores genéticos, del estrés, del grado de actividad o sedentarismo. Un ejemplo claro es el de los luchadores de sumo, que tienen índice de masa corporal mayor a 40, consumen 7000 calorías diarias y son metabólicamente normales porque realizan seis horas diarias de gimnasia que redistribuye su grasa hacia los tejidos subcutáneos. Pero cuando dejan de hacer la actividad física que practicaban, padecen todas las enfermedades metabólicas propias de las personas obesas y la mayoría fallece del corazón a partir de los 35 años en adelante.
Una de las hipótesis que explicarían por qué es tan nociva la grasa visceral es que se encuentra infiltrada por una gran cantidad de macrófagos, células del sistema inmune asociadas con los procesos de inflamación.
Diana Papa Constantino
Bioquimica – Lic. en Nutricion
La calidad y la distribución del tejido graso determinan también el riesgo metabólico, no sólo la cantidad
Cuando hablamos de salud, no basta con llegar al "peso normal" que determina el Indice de Masa Corporal o Body Mass Index (peso dividido por el cuadrado de la altura). Hay personas pesadas y, sin embargo, con mejor salud metabólica (es decir, niveles adecuados de colesterol y triglicéridos en sangre, buena sensibilidad a la insulina, sin hipertensión ni intolerancia a la glucosa, y con menos riesgo de varias enfermedades) que individuos delgados, pero cuyo tejido graso es, desde el punto de vista cualitativo, cuantitativo y funcional, inadecuado.
Esto significa que para evaluar la salud de una persona no alcanza con pesarlo, se debe conocer también cómo es su alimentación y cuál es la proporción y distribución de músculo y tejido adiposo de su organismo.
A medida que la ciencia logra nuevos conocimientos sobre el caleidoscopio fisiológico del organismo humano, el panorama de la obesidad se va haciendo cada vez más complejo. En todas las categorías de peso, hay individuos metabólicamente sanos y otros que sufren problemas metabólicos.
La persona metabólicamente sana tiene poca grasa visceral, porque tiene buena cantidad de tejido celular subcutáneo. Tiene un alto índice de masa corporal, pero también alta sensibilidad a la insulina, y adipocitos en cantidad y calidad adecuadas que pueden albergar el exceso energético. Es un obeso que no tiene las complicaciones metabólicas de la obesidad, aunque pueda padecer las complicaciones mecánicas, como la apnea del sueño o los trastornos articulares. En la persona con problemas metabólicos, el tejido celular subcutáneo está desbordado y esto también puede ocurrir en personas con índice de masa corporal normal, y en las personas de mayor edad que sufren pérdida de masa muscular y disminución de la masa ósea, pero acumulación de grasa visceral. Tienen bajo peso, pero alta proporción de grasa dañina
Cuando se aumenta de peso, diversos factores determinan dónde almacenaremos los triglicéridos (la grasa producida a partir de los alimentos, si en el tejido adiposo subcutáneo (mas superficial) o en el tejido adiposo visceral (mas profundo)
La distribución del depósito depende de factores genéticos, del estrés, del grado de actividad o sedentarismo. Un ejemplo claro es el de los luchadores de sumo, que tienen índice de masa corporal mayor a 40, consumen 7000 calorías diarias y son metabólicamente normales porque realizan seis horas diarias de gimnasia que redistribuye su grasa hacia los tejidos subcutáneos. Pero cuando dejan de hacer la actividad física que practicaban, padecen todas las enfermedades metabólicas propias de las personas obesas y la mayoría fallece del corazón a partir de los 35 años en adelante.
Una de las hipótesis que explicarían por qué es tan nociva la grasa visceral es que se encuentra infiltrada por una gran cantidad de macrófagos, células del sistema inmune asociadas con los procesos de inflamación.
Diana Papa Constantino
Bioquimica – Lic. en Nutricion
