La compañía influye en la elección de los alimentos
Comer con personas delgadas o con sobrepeso podría influir en la elección de los alimentos
El comportamiento alimentario está marcado por numerosos factores. El ambiente (iluminación o música), la motivación, el tamaño de la porción de alimento servida o disponible y el tamaño del envase inciden en la cantidad de alimento que se ingiere. Incluso el peso corporal de los acompañantes influye en la elección de los alimentos. Un reciente estudio pone de manifiesto que la forma de comer de las personas delgadas afecta al resto de los comensales, sobre todo, cuando tienen mucho apetito.
Los estudios que tratan de definir cuánto afecta la compañía a las elecciones de los consumidores al comer son diversos. Se ha relacionado con frecuencia la obesidad con ciertos excesos alimentarios compartidos entre personas del mismo círculo social, como la propia familia o los amigos. En estos estudios se subraya que los individuos que comen con personas obesas tienden a hacer mayores ingestas y, por lo tanto, es más probable que desarrollen sobrepeso.
La influencia de la compañía
Un reciente estudio de la University of British Columbia, en Canadá, titulado "Yo quiero (comer) lo que ella come", revela que cuando un acompañante delgado realiza una ingesta por encima de lo recomendable, invita o incita a otros a realizar una elección sobredimensionada. El estudio, publicado en 'Journal of Consumer Research', ha examinado a 210 estudiantes universitarias que creyeron que formarían parte de un estudio sobre los contenidos de una película concreta. Cada mujer vio el filme con una acompañante que, en realidad, era una integrante del equipo de investigación. Ésta pesaba 48 kilos y, mientras en algunos casos ejercía de acompañante con su peso normal, en otros se colocó almohadones disimulados entre la ropa para parecer obesa. Durante la película, se ofreció golosinas a cada pareja, primero a la investigadora y luego a la estudiante.
En general, el equipo halló que las estudiantes comían más cuando su acompañante delgada elegía una porción grande, que cuando lo hacía la acompañante "obesa". Si la investigadora comía cerca de 30 caramelos, las participantes comían unos 10. Sin embargo, cuando la investigadora simulaba ser una mujer obesa, las estudiantes comían unos seis caramelos, es decir, se autocontrolaban más al compartir espacio con alguien con sobrepeso que, además, se excedía con la comida.
Los resultados sugieren que observar a una persona delgada mientras come una comida copiosa otorga "un permiso implícito a imitarla". Se piensa que "si ella puede comer así y seguir delgada, también podemos hacerlo los demás"
Comer por imitación
Estos resultados no implican que se tengan que cancelar las comidas o cenas con amistades delgadas con gran apetito. Los expertos recomiendan convertir el acto alimentario en una realidad reflexiva. En lugar de mirar a un amigo delgado que devora un postre y sentir el permiso para hacerlo, debería recordarse que cada persona es distinta, con un metabolismo y un hábito físico diferente. A partir de esta pauta de comportamiento imitadora se puede recibir la influencia de los comportamientos de los amigos que eligen porciones pequeñas y alimentos saludables,
Comer con personas delgadas o con sobrepeso podría influir en la elección de los alimentos
El comportamiento alimentario está marcado por numerosos factores. El ambiente (iluminación o música), la motivación, el tamaño de la porción de alimento servida o disponible y el tamaño del envase inciden en la cantidad de alimento que se ingiere. Incluso el peso corporal de los acompañantes influye en la elección de los alimentos. Un reciente estudio pone de manifiesto que la forma de comer de las personas delgadas afecta al resto de los comensales, sobre todo, cuando tienen mucho apetito.
Los estudios que tratan de definir cuánto afecta la compañía a las elecciones de los consumidores al comer son diversos. Se ha relacionado con frecuencia la obesidad con ciertos excesos alimentarios compartidos entre personas del mismo círculo social, como la propia familia o los amigos. En estos estudios se subraya que los individuos que comen con personas obesas tienden a hacer mayores ingestas y, por lo tanto, es más probable que desarrollen sobrepeso.
La influencia de la compañía
Un reciente estudio de la University of British Columbia, en Canadá, titulado "Yo quiero (comer) lo que ella come", revela que cuando un acompañante delgado realiza una ingesta por encima de lo recomendable, invita o incita a otros a realizar una elección sobredimensionada. El estudio, publicado en 'Journal of Consumer Research', ha examinado a 210 estudiantes universitarias que creyeron que formarían parte de un estudio sobre los contenidos de una película concreta. Cada mujer vio el filme con una acompañante que, en realidad, era una integrante del equipo de investigación. Ésta pesaba 48 kilos y, mientras en algunos casos ejercía de acompañante con su peso normal, en otros se colocó almohadones disimulados entre la ropa para parecer obesa. Durante la película, se ofreció golosinas a cada pareja, primero a la investigadora y luego a la estudiante.
En general, el equipo halló que las estudiantes comían más cuando su acompañante delgada elegía una porción grande, que cuando lo hacía la acompañante "obesa". Si la investigadora comía cerca de 30 caramelos, las participantes comían unos 10. Sin embargo, cuando la investigadora simulaba ser una mujer obesa, las estudiantes comían unos seis caramelos, es decir, se autocontrolaban más al compartir espacio con alguien con sobrepeso que, además, se excedía con la comida.
Los resultados sugieren que observar a una persona delgada mientras come una comida copiosa otorga "un permiso implícito a imitarla". Se piensa que "si ella puede comer así y seguir delgada, también podemos hacerlo los demás"
Comer por imitación
Estos resultados no implican que se tengan que cancelar las comidas o cenas con amistades delgadas con gran apetito. Los expertos recomiendan convertir el acto alimentario en una realidad reflexiva. En lugar de mirar a un amigo delgado que devora un postre y sentir el permiso para hacerlo, debería recordarse que cada persona es distinta, con un metabolismo y un hábito físico diferente. A partir de esta pauta de comportamiento imitadora se puede recibir la influencia de los comportamientos de los amigos que eligen porciones pequeñas y alimentos saludables,