martes, 11 de diciembre de 2018

Bifes encebollados con salteado de vegetales verdes


Hola soy Nutricionista y tengo consultorio en Olivos. Mi objetivo es promover un estilo de vida saludable y por eso publico estas ideas, información o recetas. No vendo nada. Si te interesa comunicarte conmigo, mandame un mail a dianapapaconstantino@gmail.com o hacelo por mensaje privado. Contestaré apenas pueda, no te impacientes

Bifes encebollados:
INGREDIENTES (4 personas)
• 600 g de carne vacuna (puede ser bifes de nalga, o cuadril) o pechugas de pollo, o costillitas de cerdo, lo que prefieras.
• 1 cebolla grande
• 150ml (3/4 taza aprox) de caldo light
• 50ml vino tinto (si es carne roja) o blanco (si es carne blanca)
• 2 dientes de ajo
• 1 cucharada de aceite de oliva.
• Perejil
• Una pizca de sal (si no sos hipertenso).
• Pimienta, ají molido a gusto
Primero prepará la salsa: Cortá la cebolla en tiras finas, picá el ajo, y rehogá todo en una sartén antiadherente con Fritolin. Cuando la cebolla está blanda, añadí el caldo y el vino y dejá reducir hasta la mitad. Podés agregar 1 cucharada de harina o maizena si querés que la salsa te salga más espesa.
Ahora cociná la carne: Salpimentá la carne que elegiste y cociná los bifes vuelta y vuelta en una plancha o sartén.

Guarnición: salteado de acelgas y espinacas.

INGREDIENTES(4 PERSONAS)
• 600 g de espinacas
• 300 g de acelgas
• 2 cebollas de verdeo
• 2 dientes de ajo
• 1 cucharada de aceite de oliva
• Una pizca de sal (si no sos hipertenso),
• Pimienta, ají molido, a gusto
Lavá y quitá los tallos de las verduras. Cortá las hojas en tiras y hervirlas durante 10 minutos . Colá y escurrilas bien. Rehogá la cebolla y el ajo picados en una sartén con Fritolin, Cuando empiezan a tomar color, agregá las verduras hervidas y escurridas, y rehogá todo junto unos 5 minutos más. Servilo caliente.
Nota: Para simplificar, podés tener las verduras ya hervidas y escurridas en la heladera y, cuando prepares los bifes, rehogarlas con ajo y cebolla.
O, todavía más sencillo, podés usar las verduras congeladas, en ese caso, no hace falta hervirlas, las podés rehogar directamente en la sartén junto con la cebolla y el ajo.

miércoles, 5 de diciembre de 2018

Stress y deseo de comer

Estrés y deseo de comer mucho
Las personas que padecen estrés tienen a menudo preferencias por alimentos con alto contenido en grasas y azúcares

En un momento de estrés puntual y agudo, es habitual no tener sensación de apetito. Esto estaría relacionado con la respuesta primitiva de "luchar o huir". Ante un peligro o una amenaza, el cerebro actúa: segrega hormonas y envía mensajes a otras glándulas del cuerpo para que liberen sustancias que ayuden a hacer frente a esa amenaza. En esta situación, el acto de comer es secundario, por lo se inhibe la sensación de apetito. Pero, si el estrés se mantiene en el tiempo, la cosa cambia; se libera una hormona denominada cortisol, responsable de un mayor apetito con preferencias por alimentos con alto contenido en grasas y azúcares. El cortisol, la insulina y la hormona del apetito, "ghrelina", desempeñan un papel en esta preferencia.
Es que los alimentos con grasas y azúcares inhiben las partes del cerebro que producen y procesan el estrés y la “ansiedad”. Por eso se los denomina "alimentos confort".

Esto explica la sobreingesta de alimentos calóricos en personas sometidas a niveles moderados pero sostenidos de estrés, (el estilo de vida que propone la sociedad actual). Además los individuos estresados duermen menos, practican menos ejercicio físico y beben más alcohol, fomentando todavía más el exceso de peso.

El mejor remedio, aprender a manejar el estrés.
Nuestra fisiología nos lleva a manejar el stress de una forma que no resulta saludable porque genera obesidad.

Conociendo a “nuestro enemigo interno”, podemos aprender técnicas para contrarrestarlo. Nuestro desafío es aprender a vivir disminuyendo ese estado de ansiedad.

Cada uno encontrará su forma:
• Ejercicio: el ejercicio de intensidad baja-moderada disminuye la liberación de cortisol, por lo que contribuye a la regulación del apetito.
• Apoyo social: los amigos, la familia y otras fuentes de apoyo socia tienen un efecto amortiguador del estrés.
• Psicoterapia: elaboración de situaciones de conflicto o duelo.
• Meditación: reduce el estrés y puede ayudar a ser más consciente de las selecciones alimentarias. Con el tiempo, también puede contribuir a que se afronten mejor los impulsos. El yoga combina los beneficios de la actividad física y de las prácticas meditativas.