Tips para prevenir la obesidad infantil
Nuestra alimentación, cada vez menos saludable, el estilo de vida, muy sedentario, y otros motivos englobados en el concepto "entorno obesogénico", explican en gran medida las actuales tasas de obesidad en la infancia. Los niños con exceso de peso tienen más posibilidades de padecer diversas enfermedades y además suelen sufrir más rechazo y estigmatización social que los niños con un peso normal. Por otro lado, tendrán serias dificultades para disminuir su peso si entran en la edad adulta con obesidad. De ahí la importancia de hacerle frente a tiempo
Los pequeños cambios son poderosos.
1. Servir porciones de tamaño adecuadas para la edad del niño. el tamaño de la vajilla influye, en la cantidad de comida ingerida.
2. Tener en casa y siempre a mano diferentes verduras, frutas y cereales integrales
3. Elegir leche y productos lácteos bajos en grasa o descremados.
4. Evitar incluir habitualmente derivados cárnicos (salchichas, hamburguesas industrializadas de carne, bastoncitos de verdura o pescados, etc.).
5. Retirar de la vista del niño las “carbograsas” (alfajores, galletitas, golosinas). Lo mejor es no tenerlas en casa.
6. Fomentar la actividad física. Tener en cuenta que los niños imitan a los adultos: si los padres hacen deporte, es más fácil que los hijos también lo hagan. Para prevenir la obesidad, el mínimo de tiempo diario que deberían dedicar los niños a realizar actividades de intensidad de moderada a vigorosa es de 60 minutos.
7. La bebida de elección para calmar la sed debe ser el agua. Se desaconseja el consumo habitual de jugos, gaseosas, aguas saborizadas .
8. Se debe limitar el consumo de azúcar, amasados (alfajores, facturas, galletitas) y, sobre todo, de bebidas azucaradas
9. Restringir a no más de 2 horas diarias el tiempo que los niños dedican a ver televisión, jugar a videojuegos y/o a navegar por Internet (los menores de 2 años de edad no deberían ver televisión).
Nuestra alimentación, cada vez menos saludable, el estilo de vida, muy sedentario, y otros motivos englobados en el concepto "entorno obesogénico", explican en gran medida las actuales tasas de obesidad en la infancia. Los niños con exceso de peso tienen más posibilidades de padecer diversas enfermedades y además suelen sufrir más rechazo y estigmatización social que los niños con un peso normal. Por otro lado, tendrán serias dificultades para disminuir su peso si entran en la edad adulta con obesidad. De ahí la importancia de hacerle frente a tiempo
Los pequeños cambios son poderosos.
1. Servir porciones de tamaño adecuadas para la edad del niño. el tamaño de la vajilla influye, en la cantidad de comida ingerida.
2. Tener en casa y siempre a mano diferentes verduras, frutas y cereales integrales
3. Elegir leche y productos lácteos bajos en grasa o descremados.
4. Evitar incluir habitualmente derivados cárnicos (salchichas, hamburguesas industrializadas de carne, bastoncitos de verdura o pescados, etc.).
5. Retirar de la vista del niño las “carbograsas” (alfajores, galletitas, golosinas). Lo mejor es no tenerlas en casa.
6. Fomentar la actividad física. Tener en cuenta que los niños imitan a los adultos: si los padres hacen deporte, es más fácil que los hijos también lo hagan. Para prevenir la obesidad, el mínimo de tiempo diario que deberían dedicar los niños a realizar actividades de intensidad de moderada a vigorosa es de 60 minutos.
7. La bebida de elección para calmar la sed debe ser el agua. Se desaconseja el consumo habitual de jugos, gaseosas, aguas saborizadas .
8. Se debe limitar el consumo de azúcar, amasados (alfajores, facturas, galletitas) y, sobre todo, de bebidas azucaradas
9. Restringir a no más de 2 horas diarias el tiempo que los niños dedican a ver televisión, jugar a videojuegos y/o a navegar por Internet (los menores de 2 años de edad no deberían ver televisión).
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