miércoles, 22 de enero de 2014

Chicos aburridos, es un problema?

Chicos aburridos, ¿un problema?

Hoy en día la mayoría de los niños está hiperestimulados. La televisión, los teléfonos celulares, la play station, sus múltiples actividades los entretienen y absorben. Y cuando están aburridos, los padres nos ocupamos para distraerlos de la manera más rápida posible, porque nos cuesta soportar su queja. Muy frecuentemente con una golosina se intente dar respuesta al mal humor del niño aburrido.

El aburrimiento forma parte de la infancia y puede ser una experiencia muy saludable. Estar aburrido, sin saber qué hacer, es el mejor escenario para que aflore la creatividad.  Los niños, tienen muchos, muchísimos juguetes,  acceso a internet y video juegos, viven en un entorno que no les da espacio para poner en marcha estrategias nuevas para divertirse y desarrollar su creatividad, generadora de inteligencia emocional.

En el año 2007, la investigadora Teresa Belton, de la Universidad de Educación y Aprendizaje Permanente de la Universidad de East Anglia (Reino Unido), publicó un artículo en el 'Cambridge Journal of Education', en el que defendía que el aburrimiento es fundamental para el desarrollo del aprendizaje y la creatividad. Una idea con la que coincide Mònica Dosil, psicóloga del ISEP Clínic Castelldefels (Barcelona), que asevera que "los menores necesitan momentos de soledad e introversión para poder generar nuevas ideas y pensamientos".

 Cuando se aburren, muchos niños protestan o se sienten mal, pero luego, se adaptan y logran aprovechar esa situación. El aburrimiento, tan incómodo y agobiante al principio para los niños, les ayuda a la generación de soluciones creativas, y favorece la motivación, la autonomía, la resistencia a la frustración y el bienestar.
Fomentar un aburrimiento saludable

Pero, ¿cómo ayudarles a que se aburran? En primer lugar, hay que acostumbrarse a que se quejen cuando están aburridos. Además, es necesario simplificar al máximo el entorno del niño. 
Dejarlos en solos en su habitación con un par de lápices y unas hojas blancas no es la forma de fomentar el tedio saludable. Como en el resto de las cosas, podemos enseñarles a entretenerse.
Enseñarles a que se haga responsable de la generación de ideas sobre lo que puede hacer haciendo preguntas como  "¿a qué te gustaría jugar?" en vez de  "¿por qué no jugas con estos muñequitos?". También se puede armar un tarro del aburrimiento, que tenga papelitos con multitud de actividades y juegos posibles. Busquemos  que el niño se haga responsable de decidir qué hacer para jugar. Fomentar la lectura es importante para proveerlo de una herramienta infalible, rara vez un niño al que le gusta leer se aburre. La mejor manera de despertar la pasión por la lectura es que pueda elegir los libros que más le interesen, leer un poco cada día y que los adultos lean con él.

En fin, hay muchas formas, pero nunca, nunca conviene recurrir a la comida como respuesta al aburrimiento.

Diana Papa Constantino
Bioquímica – Lic. en Nutrición

No hay comentarios:

Publicar un comentario