jueves, 28 de febrero de 2013

Filet de pescado al pimentón

"Tengo que comer pescado y no sé cómo cocinarlo".
Esta es una receta bien fácil, rica y light!!

Filet de pescado al pimentón

Ingredientes  (4 personas)
4 filets de pescado medianos (yo prefiero el pollo de mar porque tiene carne más firme)
1 cebolla cortada en juliana
2 dientes de ajo picados
2 cdas de pimentón dulce
2 cdas puré de tomate (si sos hipertenso, reemplazalo por tomates perita en lata)
Fritolin
Condimentos: sal (si no sos hipertenso, claro), pimienta, salvia o tomillo
Extra: 1 cucharada de semillas de chia trituradas (aportan omega 3)

¿Te fijaste? No hay aceite en esta receta, no hace falta, las semillas de chía le dan a la comida un saludable  brillo y  toque aceitoso.

Preparación:
Colocar en una fuente para horno las cebollas. Esparcir sobre ellas la salvia o el tomillo. Salpimentar el pescado y colocarlo sobre el colchón de cebollas. Colocar en horno moderado 10 minutos. Mientras tanto, disolver el pimentón en ½ vaso de agua fría, mezclarlo con el puré de tomates. Agregar el ajo y  las semillas de chía y verterlo sobre el pescado. Continuar la cocción unos minutos para que se caliente bien. Servir con una espátula para que no se desarme.
NOTA;  Podés acompañar este pescado con papas naturales o puré de papas y/o calabaza.


miércoles, 27 de febrero de 2013

Las frutas del verano

Las cuatro mejores frutas para comer después de estar al sol.

Sandía, melón, durazno y ciruela son frutas frescas de temporada muy nutritivas para hidratarse después de un día de playa. Tomar sol en forma prolongada puede facilitar la deshidratación, por lo que es importante beber suficientes líquidos y consumir alimentos ricos en agua. Además, si uno siente hambre, qué mejor que elegir alimentos que aporten una cantidad importante de agua y también nutrientes

Frutas de verano: la mejor selección para hidratarse

Estas frutas, ideales para llevar a la playa o pileta,  se caracterizan por contener más de un 80% de agua en su composición. Por este motivo, su aporte calórica es bajo, aproximadamente  30 a 50 kcal cada100g.
·         Sandía. Es la fruta que mayor cantidad de agua contiene, alrededor del 90%-95% de su peso, por lo que su aporte energético es muy bajo (27 kcal por 100g de porción comestible) y tiene pocos macronutrientes, la mayoría de los cuales son hidratos de carbono. Contiene, eso sí, cantidades apreciables de diversas vitaminas y minerales. En su composición, destaca el contenido en licopeno, un carotenoide al que se atribuyen propiedades saludables, como la reducción del riesgo de enfermedad cardiovascular y de determinados tipos de cáncer, en especial, el de próstata.
·         Melón. Con una composición nutricional similar a la de la sandía, el melón se distingue por su aporte de vitamina C y ácido fólico. 100g de melón proporcionan la mitad de la dosis diaria recomendada de vitamina C. Algunas variedades de melón, como el Cantaloupe, son una de las frutas con mayor contenido en ácido fólico.
·         Durazno. Esta fruta de piel suave, con aroma y sabor dulce, aporta mucha agua y pocas calorías. Contiene una cantidad significativa de distintos tipos de fibra, que contribuyen a mejorar el tránsito intestinal. Contiene pequeñas cantidades de vitamina C. Su pulpa amarillenta es revela la presencia  de carotenoides, con actividad pro-vitamina A y antioxidante.
·         Ciruela. Hay más de 200 variedades, aunque las más conocidas se clasifican según su color: las ciruelas amarillas (de sabor ácido y abundante jugo), las rojas (con mucho jugo y un sabor más dulce que las amarillas)  y las negras. Las ciruelas contienen una cantidad importante de fibra que, junto con otros compuestos que estimulan los movimientos peristálticos del intestino, facilitan el tránsito intestinal. Las variedades rojas contienen antocianinas, compuestos con actividad antioxidante.

La compañia influye en la elección de alimentos





Comer con personas delgadas o con sobrepeso podría influir en la elección de los alimentos
El comportamiento alimentario está marcado por numerosos factores. El  ambiente (iluminación o música), la motivación, el tamaño de la porción de  alimento servida o disponible y el tamaño del  envase inciden en la cantidad de alimento que se ingiere. Incluso el peso corporal de los acompañantes influye en la elección de los alimentos.  Un reciente estudio pone de manifiesto que la forma de comer de las personas delgadas afecta al resto de los comensales, sobre todo, cuando tienen mucho apetito.
Los estudios que tratan de definir cuánto afecta la compañía a las elecciones de los consumidores al comer son diversos. Se ha relacionado con frecuencia la obesidad con ciertos excesos alimentarios compartidos entre personas del mismo círculo social, como la propia familia o los amigos. En estos estudios se subraya que los individuos que comen con personas obesas tienden a hacer mayores ingestas y, por lo tanto, es más probable que desarrollen sobrepeso.

La influencia de la compañía

Un reciente estudio de la University of British Columbia, en Canadá, titulado "Yo quiero (comer) lo que ella come", revela que cuando un acompañante delgado realiza una ingesta por encima de lo recomendable, invita o incita a otros a realizar una elección sobredimensionada. El estudio, publicado en 'Journal of Consumer Research', ha examinado a 210 estudiantes universitarias que creyeron que formarían parte de un estudio sobre los contenidos de una película concreta. Cada mujer vio el filme con una acompañante que, en realidad, era una integrante del equipo de investigación. Ésta pesaba 48 kilos y, mientras en algunos casos ejercía de acompañante con su peso normal, en otros se colocó almohadones disimulados entre la ropa para parecer obesa. Durante la película, se ofreció golosinas a cada pareja, primero a la investigadora y luego a la estudiante.
En general, el equipo halló que las estudiantes comían más cuando su acompañante delgada elegía una porción grande, que cuando lo hacía la acompañante "obesa". Si la investigadora comía cerca de 30 caramelos, las participantes comían unos 10. Sin embargo, cuando la investigadora simulaba ser una mujer obesa, las estudiantes comían unos seis caramelos, es decir, se autocontrolaban más al compartir espacio con alguien con sobrepeso que, además, se excedía con la comida.
Los resultados sugieren que observar a una persona delgada mientras come una comida copiosa otorga "un permiso implícito a imitarla". Se piensa que "si ella puede comer así y seguir delgada, también podemos hacerlo los demás"

Comer por imitación

Estos resultados no implican que se tengan que cancelar las comidas o cenas con amistades delgadas con gran apetito. Los expertos recomiendan convertir el acto alimentario en una realidad reflexiva. En lugar de mirar a un amigo delgado que devora un postre y sentir el permiso para hacerlo, debería recordarse que cada persona es distinta, con un metabolismo y un hábito físico diferente.  A partir de esta pauta de comportamiento imitadora se puede recibir la influencia de los comportamientos de los amigos que eligen porciones pequeñas y alimentos saludables,

¿Cuál es tu forma de comer?





¿A qué te pareces más?
·         Bigger: consumidores de grandes raciones: son quienes en su vida diaria comen grandes cantidades de alimentos, por encima de la cantidad aconsejada para su situación y, en consecuencia, superiores a las porciones recomendadas en función de sus necesidades.
·         Sweeter o dulceros: tienen una especial predilección y afición por los dulces. Por lo general, sucumben con facilidad ante la presencia en la mesa de alimentos dulces y azucarados y tienden a abusar de ellos.
·         Snacker: quienes picotean a cualquier hora: son individuos incapaces de refrenar el deseo de comer cuando tienen alimentos a la vista, con independencia de si sienten hambre o no, si han comido hace poco tiempo o van a comer en breve. En este caso, el picoteo hace referencia al hecho de comer con frecuencia y fuera de las horas estandarizadas o además de éstas.
·         Dieter: quienes están a dieta de forma continua: son las personas en situación de sobrepeso o con pocos kilos de más, sin trascendencia para su salud, aunque sí gran importancia estética para ellas. En la mayoría de los casos, siguen dietas cambiantes que se alejan de toda evidencia científica, las reconocidas como dietas milagrosas. Con estas prácticas insanas agravan su situación, al aumentar de peso cada vez con más frecuencia y de manera más fácil.
Nuestros hábitos de alimentación y nuestro estilo de vida son los responsables del  peso corporal que alcanzamos. A la hora de bajar de peso, el patrón de alimentación debe ser tenido en cuenta.

Chicos frente al televisor. Obesidad y pubertad prematura


Un estudio publicado por la revista británica Biologist concluyó que ver demasiada televisión puede provocar graves problemas de salud en los niños, (obesidad, diabetes,  pubertad prematura en las niñas). La investigación fue realizada a partir del análisis de 35 estudios científicos previos.

El director del estudio, Dr Aric Sigman, miembro del Instituto de Biología del Reino Unido, considera que la televisión debería prohibirse en los niños menores de 3 años y que debería restringirse severamente a medida que los niños crecen porque el simple acto de ver la pantalla, independientemente de sus contenidos, puede dañar la salud.

Es prioritario acortar el tiempo en que los niños pasan frente a una pantalla (TV, computadora, video juegos). La televisión suprime la producción de melatonina, una hormona que desarrolla funciones relacionadas con el sistema inmunológico, el ciclo del sueño y el comienzo de la pubertad. Las niñas actualmente llegan a la pubertad a menor edad que en 1950 porque han incrementado su peso y probablemente porque tengan menores niveles de melatonina.

Para reflexionar: Aproximadamente el 46% de la población argentina se pasa entre 2 y 4hs al día mirando TV. A eso se suman las horas frente a la computadora (trabajo, entretenimiento).
 
Cómo cambiaría nuestro cuerpo si en lugar de reemplazáramos una hora de  TV por una hora de  alguna actividad física!!!!.

Datos de la realidad Argentina. Cantidad de horas al día frente a la televisión (no incluye computadoras  ni video juegos)

Horas por día
Grupos de edad
Niños %
Adolescentes%
Adultos%
Hasta 2 hs
23
21
41
+ de 2 a 4hs
47
49
44
+ 4 a 6hs
23
24
13
+ de 8hs
7
6
2
Fuente: Comfer, 2004

Comer apurados empeora la calidad de la alimentaicón










Una encuesta publicada en el Journal of the American Dietetic Association reveló que de 1700 jóvenes universitarios entrevistados el 35% de los hombres y el 42% de las mujeres no tenían tiempo para sentarse a la mesa a comer. Esta falta de tiempo hacía que eligieran alimentos con mayor contenido de grasas saturadas y bebieran gaseosas. En cambio los hombres y mujeres que dijeron que habitualmente compartían el horario de comida con otras personas tenían una alimentación de mejor calidad e incluían más frutas y verduras.

Aunque es difícil incluir comidas “reales” en un día de mucha actividad, es conveniente dedicarle  un tiempo a la comida, así como se hace con cualquier otra actividad importante. Y, sino queda otra opción que comer rápido, al menos elegir algún alimento saludable (frutas frescas o secas, yogures descremados, ensaladas y sándwiches saludables, panes integrales)
Sería positivo que  los colegios y lugares de trabajo asignen horarios programados para comer y que incluyan opciones de comidas saludables.

martes, 26 de febrero de 2013

El agua en los alimentos

El agua en los alimentos
La actividad de agua de los alimentos está relacionada con su textura y con la proliferación de los microorganismos patógenos

La actividad de agua (aw) es la cantidad de agua libre en el alimento, es decir, el agua disponible para el crecimiento de microorganismos. Cuanto menor sea este valor, mejor se conservará el producto. Los alimentos con mayor actividad de agua tienen una textura más jugosa y tierna; sin embargo, se alteran de forma más fácil, por eso se los guarda en la heladera (frutas, verduras y carnes).
A medida que la actividad de agua disminuye, la textura se endurece, los alimentos son más crujientes y se rompen con facilidad y cuando la actividad de agua aumenta, se reblandecen y dan lugar a productos poco atractivos (por ejemplo, copos de cereal o snacks).

Agua y microorganismos

Controlando la actividad de agua en alimentos se puede alargar su vida útil. Por esta razón, en alimentos más perecederos se utilizan técnicas de conservación como la evaporación, secado o liofilización Otros métodos de conservación más frecuentes también disminuyen el agua disponible, por ejemplo: el salado y el ahumado utilizado en carnes, el azúcar en alta cantidad como en los dulces y mermeladas, la salmuera.
La actividad de agua es un parámetro que determina si los microorganismos pueden multiplicarse en el alimento. La mayoría de patógenos requieren una aw por encima de 0,96 para poder multiplicarse. Sin embargo, otros pueden existir en valores inferiores. Algunos hongos son capaces de crecer en valores inferiores a 0,6.

• aw=0,98: pueden crecer casi todos los microorganismos patógenos y dar lugar a alteraciones y toxiinfecciones alimentarias. Los alimentos más susceptibles son la carne o pescado fresco y frutas o verduras frescas, entre otros.
• aw=0,93/0,98: hay poca diferencia con el anterior. En alimentos con esta aw pueden formarse un gran número de microorganismos patógenos. Los alimentos más susceptibles son los embutidos fermentados o cocidos, quesos de corta maduración, carnes curadas enlatadas, productos cárnicos o pescado ligeramente salados o el pan, entre otros.
• aw=0,85/0,93: a medida que disminuye la aw, también lo hace el número de patógenos que sobreviven. En este caso, como bacteria, solo crece S. aureus, que puede dar lugar a toxiinfección alimentaria. Sin embargo, los hongos aún pueden crecer. Como alimentos más destacados figuran los embutidos curados y madurados, el jamón serrano o la leche condensada.
• aw=0,60/0,85: las bacterias ya no pueden crecer en este intervalo, si hay contaminación se debe a microorganismos muy resistentes a una baja actividad de agua, los denominados osmófilos o halófilos. Puede darse el caso en alimentos como los frutos secos, los cereales, mermeladas o quesos curados.
• aw<0,60: no hay crecimiento microbiano, pero sí puede haber microorganismos en estado de latencia durante largos periodos de tiempo. Es el caso del chocolate, la miel, las galletitas o los dulces.