Una encuesta
publicada en el Journal of the American Dietetic Association reveló que de 1700
jóvenes universitarios entrevistados el 35% de los hombres y el 42% de las
mujeres no tenían tiempo para sentarse a la mesa a comer. Esta falta de tiempo
hacía que eligieran alimentos con mayor contenido de grasas saturadas y
bebieran gaseosas. En cambio los hombres y mujeres que dijeron que
habitualmente compartían el horario de comida con otras personas tenían una
alimentación de mejor calidad e incluían más frutas y verduras.
Aunque es difícil
incluir comidas “reales” en un día de mucha actividad, es conveniente dedicarle
un tiempo a la comida, así como se hace
con cualquier otra actividad importante. Y, sino queda otra opción que comer
rápido, al menos elegir algún alimento saludable (frutas frescas o secas,
yogures descremados, ensaladas y sándwiches saludables, panes integrales)
Sería positivo
que los colegios y lugares de trabajo
asignen horarios programados para comer y que incluyan opciones de comidas
saludables.
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