viernes, 12 de agosto de 2016

Te interesa que tus hijos coman en forma saludable? seguí estos consejos


¿Te interesa que tus hijos coman en forma saludable? Seguí estos consejos

Vivimos en un ambiente "obesogénico", es decir, que incrementa las posibilidades de que los niños padezcan obesidad. Nuestro entorno dificulta la lactancia materna, facilita que nuestros hijos sean sedentarios, pone a su alcance máquinas expendedoras de comida que en realidad no es del todo "comida", abarata los alimentos calóricos e incluye una constante publicidad dirigida a los niños de alimentos muy poco sanos. Pese a que la obesidad es un fenómeno complejo sobre el que influyen la genética, el entorno y otros aspectos biológicos-, uno de los más significativos es el que se produce en el hogar del niño, en los hábitos de la familia y en el ejemplo que ofrecemos los adultos.
Dieta infantil y salud: los padres son el modelo
Un estudio publicado en la revista científica International Journal of Obesity, y centrado en niños de 2 a 5 años, ha evaluado el efecto del ambiente del hogar sobre la cantidad de actividad física y la calidad de la dieta de los pequeños en edad preescolar. Sus dos conclusiones han sido las esperadas:

1. Los modelos de conducta de los padres pueden reducir el consumo de alimentos "basura" de los niños y evitar su sedentarismo.
2. Limitar el acceso a los alimentos insanos puede tanto aumentar la cantidad de alimentos saludables que consumen los menores, como disminuir su ingesta de comida "basura".
Estas constataciones se suman a las evidencias que apuntan que instaurar una "política" de salud en el hogar y predicar con el ejemplo son aspectos cruciales a la hora de promover unos buenos hábitos en los menores. A continuación se analiza de forma breve cada una de estas dos claves.

Política saludable en el hogar

• Limitar la cantidad de alimentos insanos que hay en casa. Existe un refrán que resume a la perfección este consejo: "Ojos que no ven, corazón que no siente". Si el niño no tiene a su alcance alimentos llenos de calorías pero vacíos de nutrientes, nadie tendrá que prohibírselos.
• Fomentar un mayor número de comidas compartidas. Cada vez más investigaciones científicas confirman algo de sentido común: comer en familia mejora la calidad de la alimentación. Incluso existen estudios que indican que este hábito puede evitar comportamientos de riesgo en adolescentes.
• Promover la actividad física y restringir el tiempo que los niños dedican a actividades sedentarias. La Academia Americana de Pediatría (AAP) aconseja limitar a menos de 2 horas diarias el tiempo que los pequeños dedican a ver televisión, jugar a videojuegos o a navegar por Internet (los menores de 2 años de edad no deberían ver la televisión).

Diana Papa Constantino
Bioquímica - Lic. en Nutrición

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