jueves, 10 de julio de 2014

Desnutrición encubierta



Desnutrición encubierta. El mal que no distingue clases sociales

Es una patología que afecta a niños pertenecientes a todos los estratos de la sociedad. Se produce por la carencia de nutrientes esenciales, aún con un consumo adecuado o excesivo de calorías. Sus síntomas son el bajo rendimiento escolar, el decaimiento físico y la falta de concentración.

Existe un relevamiento realizado en cerca de mil hogares de distinta condición social que arroja datos preocupantes. Cinco de cada diez chicos que fueron encuestados presentan al menos un síntoma relacionado con la desnutrición encubierta, que es aquella que se origina cuando las dietas aportan cantidades insuficientes de vitaminas y minerales.

Los cálculos de los principales organismos indican que en el mundo la padecen alrededor de 2 mil millones de personas. Los signos más evidentes de esta condición son el retraso del desarrollo psicomotor, el retraso madurativo y del crecimiento, y un aumento en la posibilidad de contraer infecciones.

Hay otros indicadores que son más visibles. El decaimiento, el bajo rendimiento escolar y el descenso en el nivel de concentración deben encender el alerta de los padres y motivar la consulta.

En la Argentina, la encuesta encargada por el Instituto Argentino de Alimentos y Nutrición (IAAN) y realizada en el radio metropolitano que incluye a La Plata, determinó que el 53,3 por ciento de los niños de entre 3 y 12 años presentaba alguno de estos síntomas.

La masividad del problema radica, según Ana Varea -bioquímica investigadora del Instituto de Desarrollo e Investigaciones Pediátricas (IDIP) que depende del Hospital de Niños- en que “en general las dietas de hoy son desequilibradas. Por eso el problema atraviesa a todo el arco social”.

Más allá de un cuadro que ya es alarmante, existe una situación común que potencia el problema. La mayoría de los padres no relaciona esta situación con problemas nutricionales y, por tanto, no se efectúa la consulta pertinente con el especialista, y “muchos pediatras no la tienen en cuenta a la hora de evaluar a los pacientes”.

De acuerdo con la definición brindada por la Organización de Alimentos y Agricultura de las Naciones Unidas, la desnutrición encubierta es “aquella que se origina en dietas que aportan cantidades insuficientes de vitaminas y minerales como hierro, vitamina A, C, yodo, zinc, ácido fólico y selenio”.

Según Varea, “no alcanza con medir la estatura y el peso para determinar que un niño esta carente de nutrientes esenciales”. Agrega que para medir el hierro hay que hacer análisis de sangre, y para detectar la cantidad de otros nutrientes, como el zinc, la vitamina A o el ácido fólico, se necesita otro tipo de pruebas bioquímicas que no suelen realizarse.

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