La restricción del sueño estimula regiones
cerebrales sensibles al estímulo alimentario. Am J Clin Nutr
2012;95:818–24
La
evidencia epidemiológica muestra un incremento de la obesidad concomitantemente
con la reducción en la duración promedio del sueño. Si bien los estudios
clínicos proponen que la restricción del sueño afecta las hormonas relacionadas
con el apetito, no ha sido investigada la actividad neuronal en respuesta a los
estímulos alimentarios después del sueño restringido y habitual. El objetivo de
este estudio fue determinar los efectos de la restricción parcial del sueño
sobre la activación neuronal en respuesta a los estímulos alimentarios. En
general, la actividad neuronal en respuesta al estímulo alimentario fue mayor
después del sueño restringido comparado con el sueño habitual. Además, se
observó un relativo aumento de la actividad cerebral en respuesta al estímulo
alimentario en las áreas asociadas con la recompensa, incluyendo putamen,
núcleo accumbens, tálamo, ínsula y corteza prefrontal. Los hallazgos relacionan
la restricción del sueño y la susceptibilidad al estímulo alimentario y son
consistentes con la noción que la reducción del sueño podría llevar a mayor propensión
a la sobrealimentación
Para
ponerlo en palabras sencillas: Dormir poco, menos de 7hs, produce que se
activen las áreas del cerebro que buscan recompensa, por eso uno tiende a comer
más.
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