jueves, 6 de enero de 2022

Alimentación en la niñez.


 

Refuerzo positivo, sistema de recompensa

La asociación entre el premio y la comida poco saludable es muy peligrosa, activa lo que se llama el sistema de recompensa, que básicamente ocurre siguiendo estos pasos:

1) comes un alimento placentero,

2) segregas dopamina,

3) te sientes bien, 

4) aprendes que comer ese alimento te hace sentir bien; en definitiva, aprendes que si quieres volver a sentirte bien sólo tenés que volver a comer ese alimento.

 

Activar este sistema de recompensa mediante conductas aprendidas desde la infancia se torna peligroso, y aunque no seamos conscientes de ello, somos los padres, educadores, la sociedad en general, quienes incentivamos estas conductas que favorecen que nuestros menores enfermen de obesidad y luego sean adultos obesos. Recuerda que las conductas alimentarias que se adquieren en la infancia tienden a perdurar toda la vida, por ello, es una gran responsabilidad educar en aquellas conductas que protejan la salud de nuestros hijos.

 

Fijate en estos ejemplos, te reconocés en alguno?

 

-Le compras un chocolate con forma de huevo, en su interior hay un juguete. Cuando él descubre el juguete aplaudes y te muestras contento con el hallazgo, mientras, él disfruta de su golosina. “sorpresa + alegría = golosina”

                                                                                                                                           

-Es el día del cumpleaños de tu hijo, está rodeado de todos sus amigos, es un día divertido, lleno de emociones y regalos. De comida hay papas fritas, panchos, golosinas, gaseosas, en fin, comida chatarra. "fiesta + diversión + amistad + regalos = comida basura".

 

-Llegan las vacaciones, y,….. hay, que darse los gustos. Entonces, las comidas son papas fritas, y helados, y pizzas y golosinas. “vacaciones + tiempo libre + diversión = comida chatarra”

 

- Y durante el año llevas a tu hij@ a pasear,  al cine, a casa de los primos, o a casa de los amigos de papá y mamá. Tampoco en estas ocasiones hay comida saludable, en su lugar podemos encontrar hamburguesas, pizzas, empanadas, dulces, galletitas, tortas, bebidas gaseosas, y los adultos, cerveza. “encuentro con amigos= comida chatarra”


- Es la
 fiesta de deportes del colegio o el club,   Tu hijo está contento, se va a divertir junto a sus amigos. Llega a la meta de la carrera o hace un gol, o encesta la pelota en el aro. Está super contento. Al terminar se van a celebrar su éxito en el kiosko de comidas que pusieron, con algo para comer, seguramente un alfajor, una fruta? Ni pensarlo. Y para la sed?  Una gaseosa, agua?, noooo, sería rarísimo. “festejo + aire libre + amigos + logro = golosinas”


¿Te reconoces en estos ejemplos o en otros similares? Padres, educadores y sociedad en general, hemos enseñado a nuestros niños y niñas que para ser felices sólo basta con comer esos alimentos que han rodeado todos sus momentos de felicidad y éxito, y... ¿quién no quiere ser feliz siempre? En realidad, hemos enseñado a nuestros hijos lo que aprendimos de nuestros padres. Este es un tema que viene de lejos. Es hora de cambiarlo

 

 

 

La asociación entre el premio y la comida poco saludable es muy peligrosa, activa lo que se llama el sistema de recompensa, que básicamente ocurre siguiendo estos pasos:

1) comes un alimento placentero,

2) segregas dopamina,

3) te sientes bien, 

4) aprendes que comer ese alimento te hace sentir bien; en definitiva, aprendes que si quieres volver a sentirte bien sólo tenés que volver a comer ese alimento.

 

Activar este sistema de recompensa mediante conductas aprendidas desde la infancia se torna peligroso, y aunque no seamos conscientes de ello, somos los padres, educadores, la sociedad en general, quienes incentivamos estas conductas que favorecen que nuestros menores enfermen de obesidad y luego sean adultos obesos. Recuerda que las conductas alimentarias que se adquieren en la infancia tienden a perdurar toda la vida, por ello, es una gran responsabilidad educar en aquellas conductas que protejan la salud de nuestros hijos.

 

Fijate en estos ejemplos, te reconocés en alguno?

 

-Le compras un chocolate con forma de huevo, en su interior hay un juguete. Cuando él descubre el juguete aplaudes y te muestras contento con el hallazgo, mientras, él disfruta de su golosina. “sorpresa + alegría = golosina”

                                                                                                                                           

-Es el día del cumpleaños de tu hijo, está rodeado de todos sus amigos, es un día divertido, lleno de emociones y regalos. De comida hay papas fritas, panchos, golosinas, gaseosas, en fin, comida chatarra. "fiesta + diversión + amistad + regalos = comida basura".

 

-Llegan las vacaciones, y,….. hay, que darse los gustos. Entonces, las comidas son papas fritas, y helados, y pizzas y golosinas. “vacaciones + tiempo libre + diversión = comida chatarra”

 

- Y durante el año llevas a tu hij@ a pasear,  al cine, a casa de los primos, o a casa de los amigos de papá y mamá. Tampoco en estas ocasiones hay comida saludable, en su lugar podemos encontrar hamburguesas, pizzas, empanadas, dulces, galletitas, tortas, bebidas gaseosas, y los adultos, cerveza. “encuentro con amigos= comida chatarra”


- Es la
 fiesta de deportes del colegio o el club,   Tu hijo está contento, se va a divertir junto a sus amigos. Llega a la meta de la carrera o hace un gol, o encesta la pelota en el aro. Está super contento. Al terminar se van a celebrar su éxito en el kiosko de comidas que pusieron, con algo para comer, seguramente un alfajor, una fruta? Ni pensarlo. Y para la sed?  Una gaseosa, agua?, noooo, sería rarísimo. “festejo + aire libre + amigos + logro = golosinas”


¿Te reconoces en estos ejemplos o en otros similares? Padres, educadores y sociedad en general, hemos enseñado a nuestros niños y niñas que para ser felices sólo basta con comer esos alimentos que han rodeado todos sus momentos de felicidad y éxito, y... ¿quién no quiere ser feliz siempre? En realidad, hemos enseñado a nuestros hijos lo que aprendimos de nuestros padres. Este es un tema que viene de lejos. Es hora de cambiarlo

 

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